A medida que los días del otoño avanzan, la Iglesia nos invita a mirar a quienes han hecho el camino antes que nosotros – tanto aquellos reconocidos como santos como nuestros queridos difuntos quienes viven ahora en la presencia de Dios.

Todos los años, en la tarde del Día de los Fieles Difuntos, la comunidad del Seminario se junta en la penumbra de la capilla. Una sola vela arde junto a un Libro de Conmemoración.  Sus páginas ahora están llenas y cargadas con las memorias hechas santas por la fe.  Durante el servicio de oración, leemos en voz alta cada grupo de nombres inscritos en este Libro de Conmemoración.  El joven hombre que los escribió se acercará, encenderá una vela y la colocará en una caja con arena frente al altar.  Nuestros corazones toman luz y esperanza del brillo silencioso de los recuerdos llenos de gracia de todos quienes nos amaron y partieron hacia Dios antes que nosotros.

Si usted desea que los seminaristas también traigan los nombres de sus seres queridos a este servicio del Día de los Fieles Difuntos, por favor llene el formulario abajo.